Oct 29, 2006

En torno a la Literatura, por Gao Xingjian

Aquí, un fragmento del interesante libro En Torno a la Literatura, del premio Nobel Gao Xingjian.

Por una literatura «fría»
La época de la literatura tempestuosa y grandilocuente propia de la revolución concluyó, a mi entender, en el momento en que la revolución puso fin a sus propias ansias transformadoras dejando tras de sí una estela de amargura y sinsabor, una sensación de tedio lindante con la náusea.
La literatura, por naturaleza, no tiene nada que ver con la política, pues es una actividad puramente individual: es un observar, una mirada retrospectiva sobre la experiencia, una serie de conjeturas y sensaciones, la expresión de cierto estado de ánimo, conjugado, todo ello, en la satisfacción de la necesidad de reflexionar.
Las grandes convulsiones que ha sufrido son, por desgracia, producto de las exigencias políticas; atacada o ensalzada por momentos, ha sido irremediablemente convertida en instrumento, arma o diana hasta llegar a perder su propia naturaleza.
El que llaman escritor no es más que un individuo que habla o escribe: son los demás los que deciden si lo escuchan o leen. El escritor no es un héroe que intercede por la salvación del pueblo o alguien que merezca ser idolatrado, y menos aún un criminal o un enemigo del pueblo o del poder político, y si a veces cae en desgracia en unión de sus escritos, es por colmar las exigencias de otros. Cuando el poderoso necesita fabricar unos cuantos enemigos para desviar la atención del pueblo, el escritor se convierte en víctima propiciatoria y, peor aún, cree gran honor su sacrificio si antes ha sucumbido al enajenamiento.
La única relación que en realidad existe entre el escritor y el lector es una relación de índole espiritual en la que uno no necesita conocer al otro o a los otros ni permanecer en contacto con ellos, pues sólo se comunican a través de lo escrito. Ni el escritor tiene obligación alguna con el lector ni el lector exigencia alguna que plantearle al escritor, pues es libre de leer o no su obra.
La literatura es una actividad humana irreprimible en la que participan de manera voluntaria el lector y el escritor: por ello no tiene obligación alguna con las masas o la sociedad, y cualquier veredicto en torno a su mayor o menor corrección ética o moral no es más que hojarasca propia de críticos entrometidos, un aditamento ajeno al propio escritor.
A esta literatura, empeñada en recuperar su naturaleza intrínseca, podríamos denominarla literatura «fría» para diferenciarla de esa otra literatura que persigue el adoctrinamiento, la censura política, el compromiso social o incluso la expresión de los sentimientos. Es una literatura carente de valor periodístico, pues no sirve para atraer la atención del público. Si existe, es sólo porque el género humano necesita buscar una actividad puramente espiritual que trascienda la simple satisfacción de los deseos materiales.
Es una literatura que no data de hoy día, como es obvio. Pero si en el pasado tenía que rechazar ante todo el poder político y la opresión de los usos sociales, hoy ha de oponerse al mercantilismo que impregna esta sociedad de consumo, y para poder sobrevivir se ve abocada a la soledad.
El escritor consagrado a esta literatura afronta, en unión de sus obras, una dificultad añadida, ya que no puede vivir de ella y no tiene más remedio que buscar su subsistencia con otra actividad; por eso no puede ser considerada sino un lujo, una pura gratificación espiritual del propio yo. Aun así, la sociedad que no acepte esta clase de actividad espiritual sólo puede producir tristeza, por próspera o vitalista que parezca.
A la historia poco le importa esta tristeza, pues la historia sólo se ocupa de registrar los hechos humanos, y a veces ni siquiera eso. Si esta literatura «fría» tiene la suerte de ser publicada y difundida, es gracias al esfuerzo del escritor y sus escasos amigos. Ejemplos de ella son Cao Xueqin y Kafka, autores que no pudieron publicar en vida y menos aún crear algún movimiento literario o ser grandes celebridades; autores que en su mayoría vivieron en los márgenes e intersticios de la sociedad entregados de lleno a una actividad espiritual por la que no esperaban recompensa ni reconocimiento social alguno, autores que escribían por el propio placer de escribir.
La corrección política y ética ha agotado a la literatura china de este siglo y la ha sumido en toda clase de «ismos», en el cenagal sin salida del llamado debate entre la ideología y el modo creativo, en cuestiones que poco tienen que ver con la literatura misma, y los escritores sólo han podido sobrevivir alejándose de estas polémicas interminables y frívolas. La creación literaria es por naturaleza una actividad solitaria, y los movimientos o grupos, lejos de servir de ayuda, no pueden sino asfixiarla. El escritor sólo puede conquistar su libertad completa cuando actúa como individuo independiente y no está supeditado a los postulados de ningún grupo o movimiento político.
Mas ello no significa que el escritor carezca de actitud política o ética. Sujeto siempre a la presión y al agobio de la política y la sociedad, tiene, como es natural, cosas que decir, y bien puede pronunciar discursos o hacer declaraciones; pero no tiene necesidad de incorporar todos estos elementos a su propia creación literaria. La inclusión de elementos políticos o sociales en la creación literaria es, creo yo, no tanto un «compromiso» como una «evasión», pues si el autor recurre a ella, es para contrarrestar la presión que la sociedad ejerce sobre él, para buscar cierta distracción espiritual.
El problema es que las continuas guerras, revoluciones, movimientos políticos y luchas políticas que han conmocionado la sociedad china en los últimos cien años arrastraron consigo incontestablemente a la totalidad de los círculos intelectuales de la nación y obligaron a sus miembros, amenazados con perder toda posibilidad de subsistencia, a convertirse en combatientes natos, unos combatientes que a la postre, lejos de salvar al pueblo o a la nación, sólo lograron arruinar su propia vida. Y la literatura «fría» sólo puede existir cuando el autor se halla libre de la presión política y social y tiene los medios de subsistencia asegurados.
Por eso la literatura «fría» es una literatura que se evade para sobrevivir, una literatura que no se deja asfixiar por la sociedad porque busca la propia salvación espiritual. La nación que no pueda dar cabida a esta literatura no utilitarista sumirá en el infortunio al escritor y demostrará ser una nación pobre de espíritu. Al menos así lo creo.
Abogo, por ello, por una literatura «fría».

París, 30 de julio de 1990

En torno a la Literatura. Gao Xingjian.
Editorial El Cobre
Traducción del chino de Laureano Ramírez Ballerín
Ilustración de cubierta: El recogimiento (1994; 60,5 x 48 cm), de Gao Xingjian.


Gao Xingjian.
Nació en Jangsu (China) en 1940. Novelista, poeta, dramaturgo, director de teatro y pintor, como un artista del Renacimiento tiende a abarcar el arte en sus distintas disciplinas y en cada una de ellas investiga una forma personal de expresarse mezclando técnicas, estilos y géneros. Ha publicado obra de teatro, ensayos sobre arte y novelas. En 1987 dejó China y actualmente vive como refugiado político en París.
Entre su extensa bibliografía hay que destacar una producción teatral notable, donde destacan Signal d'alarme (1982), Arrêt de bus (1983), L'homme sauvage (1985), La fuite (1989) y Le somnambule (1993), Premio de la Comunidad Francesa de Bélgica en 1994), y sobre todo sus novelas, entre ellas La Montaña del Alma y El libro de un hombre solo.
En el año 2000 recibió el Premio Nobel de Literatura y fue nombrado Caballero de la Orden de la Legión de Honor por el presidente de la República Francesa

Oct 23, 2006

Philip K. Dick : El cuento final de todos los cuentos.

De La antología “Visiones Peligrosas de Harlan Ellison” Título original: Harlan Ellison's Anthology Dangerous Visions ©1968

En una sociedad devastada por la Guerra de Hidrógeno la joven doncella se dirige a un zoológico futurista y tiene relaciones sexuales con varias formas de vida inhumanas y deformes en las jaulas. En este particular sentido es una mujer que ha sido formada con los restos de los cuerpos dañados de varias mujeres, y tiene relaciones con una alienígena, ahí en la jaula, y después aplicados sobre la mujer medios de una ciencia futurista, concibe. El niño nace, y ella y la alienígena en la jaula luchan para ver quién se queda con él. La joven mujer humana gana, e inmediatamente devora a su progenie, pelo, dientes, dedos y todo. Justo después de haber terminado descubre que el bebé es Dios.

FIN


* Philip Kindred Dick (16 de diciembre de 1928 - 2 de marzo de 1982), más conocido como Philip K. Dick, fue un prolífico escritor y novelista estadounidense de ciencia ficción, que influyó notablemente en dicho género. Aclamado en vida por contemporáneos como Robert A. Heinlein o Stanislaw Lem, Dick obtuvo poco reconocimiento antes de su muerte. Tras ésta, sin embargo, la adaptación al cine de varias de sus novelas le dio a conocer al gran público. Su obra es ahora una de las más populares de la ciencia ficción y Dick se ha ganado el reconocimiento del público y el respeto de la crítica.

Dejando a un lado el enfoque simplista y optimista del mundo frecuente en la "edad dorada" de la ciencia ficción, Dick exploró sistemáticamente la naturaleza enigmática de la realidad y la humanidad en sus novelas, pobladas por gente trabajadora corriente más que por superhombres galácticos. Adelantándose al subgénero cyberpunk, Dick situó la acción de varias de sus novelas en el mundo anómico de California del Norte. Su aclamada novela El hombre en el castillopulp. (1962, ganadora del Premio Hugo) es una obra pionera que mezcla los géneros de la ciencia ficción y la historia alternativa. También escribió una enorme cantidad de historias cortas y obras menores que fueron publicadas por revistas

Sus obras están caracterizadas por la sensación de constante erosión de la realidad, con los protagonistas descubriendo con frecuencia que sus seres queridos (o incluso ellos mismos) son sin saberlo robots, alienígenas, seres sobrenaturales, espías sometidos a lavados de cerebro, alucinaciones, o cualquier combinación de éstos.

Dick experimentó con drogas psicoactivas, aunque siempre negó que hubieran influido en su obra.


Oct 22, 2006

Isak Dinesen, la culminación de un destino




En 1986 se exhibió en las pantallas de todo el mundo una película de Sidney Pollack que se haría enormemente popular. El extraordinario exito comercial de Memorias de África (Out of Africa), inspirada en un libro autobiográfico, puso de actualidad en nuestro país a uno de los más interesantes narradores daneses, que era prácticamente desconocido en España. Lo que también ignoraban muchos españoles es que Isak Dinesen, autor de Lejos de Africa (1937), era el seudónimo masculino de una fascinante mujer: Karen Blixen.

Isak Dinesen no fue el único nombre utilizado por Karen Christentze Dinesen, nacida en Rungsted, Copenhague, en 1885, y fallecida en Copenhague en 1962. Sus familiares la llamaban Tanne; era Tania y Jeri para sus íntimos; Osceola fue su primer seudónimo y se convirtió en la baronesa Karen von Blixen-Finecke por su matrimonio. Adoptó otros nombres en distintas etapas de su vida -Pellegrina, Amiane, Schehrazade-, pero fueron los de Karen Blixen y, sobre todo, Isak Dinesen los nombres con los que acabó identificándose.

Karen Dinesen llevó una existencia intensa. Estudió arte en Copenhague, París y Roma; dotada de aptitudes artísticas, practicó la pintura y mostró sus talentos, pero la literatura era su fuerte. Al término de sus estudios contrajo matrimonio con su primo el barón Bror von Blixen-Finecke, con el que se trasladó a Kenia para administrar una granja de café. El matrimonio fue un completo fracaso y terminó en 1921, pero su estancia en la granja le deparó las dos grandes pasiones de su vida: África y su relación sentimental con el cazador Denys Finch-Hatton, en el que se reunían el refinamiento intelectual y romanticismo del aventurero.

La nostalgia de este periodo de su vida no la abandonaría nunca e inspiró excelentes libros, como el citado Lejos de África y Sombras en la hierba (1960).

En 1931, tras la muerte de Finch-Hatton y obligada por la caída del precio del café en los mercados internacionales, Karen Blixen regresó a su país. Nunca más volvió a África.

Durante los dos años siguientes se recluyó en una residencia familiar de Rungstedlund y en 1933 terminó Siete cuentos góticos, libro de relatos escrito en inglés que, tras ser inicialmente rechazado por los editores, se publicó un año después en Estados Unidos. Este libro fue el principio de su éxito internacional y, también, de Isak Dínesen, nombre con que lo firmó y que alternaría en adelante con el de Karen Blixen.

A Siete cuentos góticos siguieron otras obras que constituyen quizá lo mejor de su producción. Entre los libros de esta etapa destacan: Siete narraciones fantásticas (1935), Lejos de Africa (1937), Cuentos de invierno (1942) y Últimos cuentos (1957).

Cuentos de inverno, del que se reproducen tres relatos en el presente volumen, fue escrito en los duros inviernos de la ocupación alemana de Dinamarca. Al mismo tiempo que el libro se publicaba en su país, la autora logró hacer llegar una versión en inglés a Inglaterra y Estados Unidos, que acompañó, en el frente y en la retaguardia, a muchos soldados aliados. Cuentos de invierno es el más danés de los libros de Isak Dinesen y los relatos están impregnados de la claridad y la serenidad del paisaje escandinavo. Son narraciones líricas, intensas, agridulces y trágicas, en las que los anhelos y sueños que animan a los protagonistas son asumidos por éstos como una llamada del destino.

La vida de Karen Blixen fue también una lucha valerosa para realizar su destino, para crearse un mundo espiritual que fuera suyo propio. El éxito de este empeño queda refrendado por su obra.

Links sobre el autor: http://www.karen-blixen.dk/ &

http://www.epdlp.com/escritor.php?id=1481

Oct 21, 2006

MARIO VARGAS LLOSA - LA MUERTE DE LA NOVELA

Posteo este artículo publicado en Letras Libres (México) N° 3 Marzo de 1999.

Mendoza recuerda, con reprimida nostalgia, la época en la que la novela tenía autoridad, porque el conjunto de la sociedad veía en ella algo más importante que un mero pasatiempo: un género encargado de representar la realidad. Es decir, de organizar de manera coherente e inteligible el caos en que transcurren las existencias humanas y permitir a éstas entender el mundo al ver expuesto su funcionamiento, el transcurso del tiempo, las motivaciones secretas de los actos y las conductas, en las ficciones. En efecto, los lectores de Los miserables de Victor Hugo se precipitaron a saquear la imprenta donde se horneaban los volúmenes de la segunda parte de la novela no sólo porque estaban impacientes por saber la evolución de las aventuras de Jean Valjean, Marius y Cosette; sobre todo, porque esta omnisciente ficción les explicaba el mundo en que vivían y les daba pistas sobre qué eran y dónde estaban, algo que, antes, sólo la religión sabía hacer.

¿Cuándo se resquebraja esa fe en la novela y se inicia la "era de la sospecha", como la bautizó Nathalie Sarraute? Según Mendoza, con esa confusa transición que se llama el "posmodernismo", que él prefiere denominar la "posvanguardia". El afán experimental se apodera del género y, en los años cincuenta y sesenta, "aquellos experimentos, encaminados a forzar los límites de las convenciones narrativas, pusieron en evidencia lo limitado de los límites y lo convencional de las convenciones". La novela pierde autoridad porque se convierte en un juego. Muy brillante a veces, que resulta en audaces pases de ilusionismo verbal y pirotecnia constructiva; pero, a esos disforzados juglares, los novelistas, se les puede conceder la función de divertir o sorprender, ya no la de hacer la vida verosímil, comprensible el mundo.

Por ese camino, la novela, al tiempo que pierde ambición y seguridad en sí misma, se va refugiando cada vez más en la exclusiva tarea de entretener, erradicando de sus fines toda pretensión filosófica, doctrinaria o moral. Ha principiado la época de la novela ligera, que divierte sin preocupar, como un partido de futbol o un programa de preguntas y respuestas en la televisión. Ahora bien, dice Mendoza, la novela light, "forma honesta, civilizada e instructiva de entretenimiento", es la "novela que, a mi modo de ver, ya no da más de sí". ¿Por qué este desahucio? Sospecho que debido a la competencia de otros géneros de ficción, los audiovisuales, con los que la novela light será incapaz de medirse. Los primeros en reconocer su extrema indefensión contra las historias que cuentan la pequeña y la gran pantalla son los propios novelistas light, la inmensa mayoría de los cuales escriben novelas más para ser convertidas en películas que para conquistar a los lectores. De hecho, los grandes best-sellers literarios son, hoy, cada día más, los libros que han pasado ya por la pantalla, chica o grande, y recibido de ella su consagración como productos entretenidos. Esta dependencia total de la palabra respecto de la imagen es el principio del fin de la novela, y, acaso, de lo que hasta ahora entendíamos por literatura.

El diagnóstico de Eduardo Mendoza es probablemente certero, pero, pese a ello, yo no desespero de que la novela de sofá sobreviva e, incluso, sea capaz en el futuro de dar frutos tan óptimos como en el pasado. Mi esperanza no es gratuita, se funda en el siguiente razonamiento. Aunque existe la tendencia a considerar a la novela el género literario popular por excelencia, la verdad es que siempre fue un género de minorías, aunque, sin duda, minorías más numerosas que las que leían poesía, o frecuentaban los teatros para espectar dramas y tragedias. El entretenimiento de veras popular jamás lo proporcionaron los libros, sino los circos, las ejecuciones e inquisiciones públicas, los estadios, y, en épocas modernas, la radio, el cine, la televisión y, pronto, el Internet. Por leve y trivial que sea, un libro exige un esfuerzo intelectual, una reelaboración conceptual e imaginaria de la materia verbal que a la mayoría de los seres humanos, aun en las sociedades más cultas, les divierte muy poco, mucho menos, en todo caso, que aquellas actividades o espectáculos donde pueden renunciar a toda obligación de discernimiento crítico o de co-participación creativa (algo que es inconcebible con la operación de leer literatura, aun de misérrima calidad). No digo que esté mal que sea así; digo sólo que siempre ha sido así, y que, quienes, leyendo ficciones, la han pasado muy bien, pese, o precisamente por, la inversión de trabajo intelectual e imaginativo que ello les exige, han representado siempre un sector relativamente pequeño del conjunto de la sociedad.

La idea de que la literatura pudiera ser el alimento espiritual de todos es una ilusión contemporánea, derivada de la repugnancia que, para una noción socialista o democrática de la cultura, reviste la noción de elite, de un público exquisito y minoritario dentro del cual surgirían y serían apreciadas y cultivadas las artes y las letras. Sin embargo, ésa es una realidad que en lo sustancial no ha variado con la democratización de la educación y la elevación de la capacidad adquisitiva de los ciudadanos. Ha variado sólo el volumen de las minorías interesadas en la literatura, la música, la pintura, la danza, que es ahora mayor que en el pasado. Pero nunca ha dejado de ser una porción relativamente pequeña, comparada al todo social.

No veo por qué no seguiría ocurriendo lo mismo en el futuro. Esta afirmación es el corolario de mi supuesto anterior, según el cual a la mayoría de la gente jamás le resultó divertido leer ficciones, pues prefería verlas representadas a través de formas mucho más triviales, que no exigían casi un esfuerzo de reelaboración intelectual. Tengo la convicción de que siempre (bueno, en nuestra época siempre es un mero sinónimo de mañana, cuando más) habrá unas minorías para las que esa necesidad de irrealidad, de salir de sí, de perderse por un tiempo equis en un mundo de fantasía, que parece constitutivo a la especie humana, jamás será suficientemente aplacada con las imágenes banales, directas, elementales, de superficie, o estúpidas, de las auténticas diversiones populares.

La literatura light trata de parecerse a estas diversiones reduciendo al máximo los obstáculos al lector, simplificando la forma y esquematizando los contenidos de la ficción para que ésta sea digesta y amena como una comedia cinematográfica o un buen programa de televisión. Esta manera de proceder tendrá, sin duda, a la larga, el efecto contrario al que buscan sus autores: en vez de salvar para la literatura a grandes masas de lectores, convencerá a éstos de que la ficción escrita es mucho menos entretenida que la producida por los grandes medios audiovisuales de manera serial. Si hay un espacio propio para la literatura en el mundo del futuro, se definirá, no por su proximidad y parecido, sino por su diferencia y distancia, con el espacio privativo de la imagen. Es decir, estará hecho esencialmente de palabras y de fantasía, y se ofrecerá al lector como un desafío y una propuesta de colaboración intelectual, para, soñando aquél junto al autor, construir una ficción que, a la vez que redime a ambos temporalmente de las pequeñeces y miserias de la existencia real, les sirva de brújula para guiarse con más seguridad —con una visión menos ingenua y más crítica— a través de las complejidades y tumultos de la vida. Miro a mi alrededor y no veo nada que reemplace a la "novela de sofá" en esta manera soberbia de defenderse contra la miseria de esa condición humana que condena a hombres y mujeres a una sola vida, cuando desean tener mil.

Eduardo Mendoza sugiere, citando la opinión de Ignacio Echevarría y de otros críticos, que la decadencia de la novela podría deberse a que "el sustrato último de la novela es la épica y nuestra época no produce situaciones épicas". No me convence para nada, ante todo porque no es verdad que nuestra época esté reñida con la épica, si entendemos ésta como la aventura exterior, el ser humano saliendo de sí mismo para hacer frente a lo desconocido y creciéndose, rompiendo sus límites para combatir contra los demonios y los dioses, a fin de sobrevivir. Lo cierto es que, acaso como nunca antes en el largo discurrir de la civilización, ha estado la existencia humana enfrentada a riesgos tan atroces de violencia, e incluso de extinción, como en ésta, la era de las armas atómicas y bacteriológicas y de los descubrimientos científicos y la revolución genética, que, desde los higiénicos recintos de un laboratorio, permite, por ejemplo, deshacer y rehacer cambiada lo que antes llamábamos "naturaleza" humana. Probablemente, la vida actual es más imprevisible, sorprendente, arriesgada y misteriosa que aquella, remotísima, en la que un aeda ciego cantó las hazañas de los héroes homéricos. Que no haya aparecido todavía, no me impide creer que, en este momento, un secreto deicida fragua, empeñado en una lucha mortal con las palabras de una lengua viva, una ficción que será para mi tiempo lo que fueron, para los suyos, el Ulises, Esplendor y miseria de cortesanas o Tirant lo Blanc, y que alcanzaré a leerla antes de volverme fantasma. -

Santo Domingo, 16 de enero de 1999

Oct 20, 2006

"Cómo escribir un cuento policial" por Gilbert K. Chesterton


Gilbert K. Chesterton* escribe:

"Los escritores tienen la extraña idea de que su trabajo consiste en confundir a sus lectores y que, mientras los mantengan confundidos, no importa si los decepcionan. Pero no hace falta sólo esconder un secreto, también hace falta un secreto digno de ocultar."

Que quede claro que escribo este artículo siendo totalmente consciente de que he fracasado en escribir un cuento policíaco. Pero he fracasado muchas veces. Mi autoridad es por lo tanto de naturaleza práctica y científica, como la de un estudioso de lo social que se ocupe del desempleo o del problema de la vivienda. No tengo la pretensión de haber cumplido el ideal que aquí propongo al joven estudiante; soy, si les place, ante todo el terrible ejemplo que debe evitar. Sin embargo creo que existen ideales para la narrativa policíaca, como existen para cualquier actividad digna de ser llevada a cabo. Y me pregunto por qué no se exponen con más frecuencia en la literatura didáctica popular que nos enseña a hacer tantas otras cosas menos dignas de efectuarse.

Como, por ejemplo, la manera de triunfar en la vida. Se publican panfletos de todo tipo para enseñar a la gente las cosas que no pueden ser aprendidas como tener personalidad, tener muchos amigos, poesía y encanto personal. Incluso aquellas facetas del periodismo y la literatura de las que resulta más evidente que no pueden ser aprendidas, son enseñadas con asiduidad. Pero he aquí una muestra clara de sencilla artesanía literaria, más constructiva que creativa, que podría ser enseñada hasta cierto punto e incluso aprendida en algunos casos muy afortunados. Más pronto o más tarde, creo que esta demanda será satisfecha, en este sistema comercial en que la oferta responde inmediatamente a la demanda y en el que todo el mundo esta frustrado al no poder conseguir nada de lo que desea. Más pronto o más tarde, creo que habrá no sólo libros de texto explicando los métodos de la investigación criminal sino también libros de texto para formar criminales. Apenas será un pequeño cambio de la ética financiera vigente y, cuando la vigorosa y astuta mentalidad comercial se deshaga de los últimos vestigios de los dogmas inventados por los sacerdotes, el periodismo y la publicidad demostrarán la misma indiferencia hacia los tabúes actuales que hoy en día demostramos hacia los tabúes de la Edad Media. El robo se justificará al igual que la usura y nos andaremos con los mismos tapujos al hablar de cortar cuellos que hoy tenemos para monopolizar mercados. Los quioscos se adornaran con títulos como La falsificación en quince lecciones o ¿Por qué aguantar las miserias del matrimonio?, con una divulgación del envenenamiento que será tan científica como la divulgación del divorcio o los anticonceptivos.

Pero, como a menudo se nos recuerda, no debemos impacientarnos por la llegada de una humanidad feliz y, mientras tanto, parece que es tan fácil conseguir buenos consejos sobre la manera de cometer un crimen como sobre la manera de investigarlos o sobre la manera de describir la manera en que podrían investigarse. Me imagino que la razón es que el crimen, su investigación, su descripción y la descripción de la descripción requieren, todas ellas, algo de inteligencia. Mientras que triunfar en la vida y escribir un libro sobre ello, no.

Primero
lo primero y principal es que el objetivo del cuento de misterio, como el de cualquier otro cuento o cualquier otro misterio, no es la oscuridad sino la luz. El cuento se escribe para el momento en el que el lector comprende por fin el acontecimiento misterioso, no simplemente por los múltiples preliminares en que no. El error sólo es la oscura silueta de una nube que descubre el brillo de ese instante en que se entiende la trama. Y la mayoría de los malos cuentos policíacos son malos porque fracasan en esto. Los escritores tienen la extraña idea de que su trabajo consiste en confundir a sus lectores y que, mientras los mantengan confundidos, no importa si los decepcionan. Pero no hace falta sólo esconder un secreto, también hace falta un secreto digno de ocultar. El clímax no debe ser anticlimático. No puede consistir en invitar al lector a un baile para abandonarle en una zanja. Más que reventar una burbuja debe ser el primer albor de un amanecer en el que el alba se ve acentuada por las tinieblas. Cualquier forma artística, por trivial que sea, se apoya en algunas verdades valiosas. Y por más que nos ocupemos de nada más importante que una multitud de Watsons dando vueltas con desorbitados ojos de búho, considero aceptable insistir en que es la gente que ha estado sentada en la oscuridad la que llega a ver una gran luz; y que la oscuridad sólo es valiosa en tanto acentúa dicha gran luz en la mente. Siempre he considerado una coincidencia simpática que el mejor cuento de Sherlock Holmes tiene un titulo que, a pesar de haber sido concebido y empleado en un sentido completamente diferente, podría haber sido compuesto para expresar este esencial clarear: el título es "Resplandor plateado".

Segundo

El segundo gran principio es que el alma de los cuentos de detectives no es la complejidad sino la sencillez. El secreto puede ser complicado pero debe ser simple. Esto también señala las historias de más calidad. El escritor esta ahí para explicar el misterio pero no debería tener que explicar la propia explicación. Ésta debe hablar por sí misma. Debería ser algo que pueda decirse con voz silbante (por el malo, por supuesto) en unas pocas palabras susurradas o gritado por la heroína antes de desmayarse por la impresión de descubrir que dos y dos son cuatro. Ahora bien, algunos detectives literarios complican más la solución que el misterio y hacen el crimen más complejo aun que su solución.

Tercero
En tercer lugar, de lo anterior deducimos que el hecho o el personaje que lo explican todo, deben resultar familiares al lector. El criminal debe estar en primer plano pero no como criminal; tiene que tener alguna otra cosa que hacer que, sin embargo, le otorgue el derecho de permanecer en el proscenio. Tomaré como ejemplo el que ya he mencionado, "Resplandor plateado". Sherlock Holmes es tan conocido como Shakespeare. Por lo tanto, no hay nada de malo en desvelar, a estas alturas, el secreto de uno de estos famosos cuentos. A Sherlock Holmes le dan la noticia de que un valioso caballo de carreras ha sido robado y el entrenador que lo vigilaba asesinado por el ladrón. Se sospecha, justificadamente, de varias personas y todo el mundo se concentra en el grave problema policial de descubrir la identidad del asesino del entrenador. La pura verdad es que el caballo lo asesinó. Pues bien, considero el cuento modélico por la extrema sencillez de la verdad. La verdad termina resultando algo muy evidente. El caballo da título al cuento, trata del caballo en todo momento, el caballo está siempre en primer plano, pero siempre haciendo otra cosa. Como objeto de gran valor, para los lectores, va siempre en cabeza. Verlo como el criminal es lo que nos sorprende. Es un cuento en el que el caballo hace el papel de joya hasta que olvidamos que una joya puede ser un arma. Si tuviese que crear reglas para este tipo de composiciones, esta es la primera que sugeriría: en términos generales, el motor de la acción debe ser una figura familiar actuando de una manera poco frecuente. Debería ser algo conocido previamente y que esté muy a la vista. De otra manera no hay auténtica sorpresa sino simple originalidad. Es inútil que algo sea inesperado no siendo digno de espera. Pero debería ser visible por alguna razón y culpable por otra. Una gran parte de la tramoya, o el truco, de escribir cuentos de misterio es encontrar una razón convincente, que al mismo tiempo despiste al lector, que justifique la visibilidad del criminal, más allá de su propio trabajo de cometer el crimen. Muchas obras de misterio fracasan al dejarlo como un cabo suelto en la historia, sin otra cosa que hacer que delinquir. Por suerte suele tener dinero o nuestro sistema legal, tan justo y equitativo, le habría aplicado la ley de vagos y maleantes mucho antes de que lo detengan por asesinato. Llegamos al punto en que sospechamos de estos personajes gracias a un proceso inconsciente de eliminación muy rápido. Por lo general, sospechamos de él simplemente porque nadie lo hace. El arte de contar consiste en convencer, durante un momento, al lector no sólo de que el personaje no ha llegado al lugar del crimen sin intención de delinquir si no de que el autor no lo ha puesto allí con alguna segunda intención. Porque el cuento de detectives no es más que un juego. Y el lector no juega contra el criminal sino contra el autor. El escritor debe recordar que en este juego el lector no preguntará, como a veces hace en una obra seria o realista: "¿Por qué el agrimensor de gafas verdes trepa al árbol para vigilar el jardín del médico?" Sin sentirlo ni dudarlo, se preguntará: "¿Por qué el autor hizo que el agrimensor trepase al árbol o cuál es la razón que le hizo presentarnos a un agrimensor?". El lector puede admitir que cualquier ciudad necesita un agrimensor sin reconocer que el cuento pueda necesitarlo. Es necesario justificar su presencia en el cuento (y en el árbol) no sólo sugiriendo que lo envía el Ayuntamiento sino explicando por qué lo envía el autor. Más allá de las faltas que planea cometer en el interior de la historia debe tener alguna otra justificación como personaje de la misma, no como una miserable persona de carne y hueso en la vida real. El lector, mientras juega al escondite con su auténtico rival el autor, tiende a decir: Sí soy consciente de que un agrimensor puede trepar a un árbol, y sé que existen árboles y agrimensores. ¿Pero qué esta haciendo con ellos? ¿Por qué hace usted que este agrimensor en concreto trepase a este árbol en particular, hombre astuto y malvado?

Cuarto
Esto nos conduce al cuarto principio que debemos recordar. La gente no lo reconocerá como práctico ya que, como en los otros casos, los pilares en que se apoya lo hacen parecer teórico. Descansa en el hecho que, entre las artes, los asesinatos misteriosos pertenecen a la gran y alegre compañía de las cosas llamadas chistes. La historia es un vuelo de la imaginación. Es conscientemente una ficción ficticia. Podemos decir que es una forma artística muy artificial pero prefiero decir que es claramente un juguete, algo a lo que los niños juegan. De donde se deduce que el lector que es un niño, y por lo tanto muy despierto, es consciente no sólo del juguete, también de su amigo invisible que fabricó el juguete y tramó el engaño. Los niños inocentes son muy inteligentes y algo desconfiados. E insisto en que una de las principales reglas que debe tener en mente el hacedor de cuentos engañosos es que el asesino enmascarado debe tener un derecho artístico a estar en escena y no un simple derecho realista a vivir en el mundo. No debe venir de visita sólo por motivos de negocios, deben ser los negocios de la trama. No se trata de los motivos por los que el personaje viene de visita, se trata de los motivos que tiene el autor para que la visita ocurra. El cuento de misterio ideal es aquel en que es un personaje tal y como el autor habría creado por placer, o por impulsar la historia en otras áreas necesarias y después descubriremos que está presente no por la razón obvia y suficiente sino por las segunda y secreta. Añadiré que por este motivo, a pesar de las burlas hacia los noviazgos estereotipados, hay mucho que decir a favor de la tradición sentimental de estilo más lector o más victoriano. Habrá quien lo llame un aburrimiento pero puede servir para taparle los ojos al lector.

Quinto
Por último, el principio de que los cuentos de detectives, como cualquier otra forma literaria, empiezan con una idea. Lo que se aplica también a sus facetas más mecánicas y a los detalles. Cuando la historia trata de investigaciones, aunque el detective entre desde fuera el escritor debe empezar desde dentro. Cada buen problema de este tipo empieza con una buena idea, una idea simple. Algún hecho de la vida diaria que el escritor es capaz de recordar y el lector puede olvidar. Pero en cualquier caso la historia debe basarse en una verdad y, por más que se le pueda añadir, no puede ser simplemente una alucinación.

*Gilbert K. Chesterton (Inglaterra, 1874-1936) escribió ensayos teológicos y literarios, polémicas y libros de poesía. Su paso a la posteridad, sin embargo, se debe a la incursión en el género policial, y, más precisamente, a la creación de un personaje: el particular detective Padre Brown. El hombre que fue jueves es su título más célebre.

Oct 19, 2006

Cambian nombre del premio Juan Rulfo

El Premio Juan Rulfo de Literatura, uno de los más importantes de las letras en español, dejará de llevar este año el nombre del autor de “El llano en llamas” por una disputa con su familia, se informó hoy de manera oficial.

Después de un año de controversia, el presidente de la asociación civil que concede el premio, Raúl Padilla, anunció que el galardón se denominará este año FIL de Literatura 2006 mientras dure el litigio administrativo.

El afectado será el escritor mexicano Carlos Monsiváis, ganador de la edición de este año.

Monsiváis, un declarado admirador de Rulfo, deberá recibir el premio sin su nombre original el 25 de noviembre, en la apertura de la Feria Internacional del Libro (FIL) de la ciudad mexicana de Guadalajara.

Padilla consideró un absurdo y una “pretensión injustificada” que el nombre pretenda manejarse como una marca comercial registrada.

Los abogados que llevarán el caso ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual (IMPI) confiaron que en seis a ocho meses obtendrán una resolución favorable y que el premio recuperará su nombre.

La controversia por el nombre estalló en la pasada edición de la FIL, cuando la viuda de Rulfo, Clara Aparicio, anunció su ruptura con la asociación que entrega el premio.

Aparicio dijo que el galardón había sido concedido en las últimas ediciones a escritores que habían evidenciado desprecio por la obra del autor de “Pedro Páramo”.

El detonante fueron unas declaraciones del escritor español Tomás Segovia, ganador en 2005, quien consideró “puro milagro” que Rulfo hubiera tenido tanto talento literario.

Ante la negativa a rebautizar el premio, la familia del escritor consiguió que el nombre Juan Rulfo quedara inscrito como marca registrada en el IMPI.

El viernes llegó a Guadalajara un emplazamiento del IMPI, que obligó a tomar la decisión anunciada hoy de cambiar el nombre.

El hasta ahora Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo, dotado con 100 mil dólares, es el más importante de México y uno de los más prestigiosos de América Latina.

Desde su creación lo han recibido el chileno Nicanor Parra, el mexicano Juan José Arreola, el cubano Eliseo Diego, el peruano Julio Ramón Ribeyro, la brasileña Nélida Piñón, el guatemalteco Augusto Monterroso y el español Juan Marsé.

También fueron galardonados la argentina Olga Orozco, el mexicano Sergio Pitol, el argentino Juan Gelman, el mexicano Juan García Ponce, el cubano Cintio Vitier, el brasileño Rubem Fonseca, el español Juan Goytisolo y el español Segovia.

Oct 18, 2006

La mitología griega en la literatura universal, por Xrisí Tefarikis

La mitología griega ha servido de inspiración a las artes del mundo occidental que abarcan la literatura, la pintura, la escultura y la música entre otras. En ella encontramos a héroes y dioses que poseen las virtudes, las pasiones, las cualidades y defectos de los seres humanos que jamás cambiarán. Es por eso que varias de aquellas obras que se realizaron con posterioridad al período griego que se enmarca en la llamada "antigüedad" en la historia han sido consideradas como clásicas.
En esta ocasión he escogido una obra de la gran escritora contemporánea, Marguerite Yourcenar, muy conocida en el ámbito literario nacional como internacional como extraordinaria literata y profunda investigadora del helenismo. Su nombre recorrió el mundo después de publicar "Las memorias de Adriano", una de las obras cumbres del siglo XX que algunos críticos literarios consideran incluso como la mejor obra del siglo pasado. Ese libro como otros de m. Yourcenar están fuertemente influidos por la cultura griega. A esta intelectual belga también se le debe el mérito de haber traducido los poemas de Constantino Kavafis que hasta entonces permanecía oculto a los ojos del mundo. Pero vamos a lo nuestro. La obra que leeremos a continuación está basado en un personaje mitológico que de acuerdo a las teorías arqueológicas de Schliemann, pudo haber sido perfectamente real.
El nombre de Clitemnestra nos remonta a los poemas homéricos. Una reina del Peloponeso casada con Agamenón, el gallardo y soberbio general de los griegos o aqueos en el sitio de Troya("la Ilíada") es también prima de Helena, la raptada reina aquea por culpa de la cual se provocó la famosa guerra conocida como troyana. El esposo de Helena, el indulgente rey Menelao es su cuñado ya que es hermano de Agamenón.
En la literatura griega, Clitemnestra, personaje protagónico de varias obras trágicas es una mujer que simboliza la pasión. Ciega de rabia porque su esposo sacrifica a la hija mayor de ambos, Ifigenia, para que los dioses favorecieran a los aqueos en la guerra toma como amante a Egisto, un primo joven de su marido, que por razones familiares, rivaliza con Agamenón. Cuando este último regresa de la guerra tras diez años de ausencia acompañado de su amante, Cassandra, la princesa troyana cautiva, hija del derrotado rey Príamo y conocida por sus dotes de profetisa, Clitemnestra decide vengarse. Con su amante, Egisto, deciden asesinar al recién llegado rey, Agamenón, a pesar de que todavía viven en el palacio micénico los tres hijos restantes de su boda real. Ellos son Electra, Crisotemis y Orestes quienes, sin lugar a dudas, se enteran del asesinato de su padre.
De acuerdo a las versiones literarias que nos han llegado hasta nuestros días, tanto en " la odisea" como en las tragedias griegas, Clitemnestra sigue gobernando como reina en Micenas junto a su amante. Sin embargo, el rencor profundo de su hija Electra, quién no perdona a la madre por su indecorosa conducta, por decir lo menos, espera la llegada de su hermano Orestes, quién fue enviado al extranjero después de la muerte de su padre para que éste mate a Clitemnestra y a su amante. De acuerdo a los documentos literarios antiguos de los helenos, Orestes cumplió con los deseos de su hermana al regresar ya adolescente al reino de Micenas. Se supone también que después de un cierto período de tiempo en el que es atormentado por las furias, los dioses del Olimpo se compadecen de su cruel destino y lo perdonan.

Oct 17, 2006

ÁLVARO POMBO ESCRITOR Y ACADÉMICO


«Me presenté al Premio Planeta por dinero y diversión»
El autor de 'La fortuna de Matilda Turpin' asegura que la novela «trata de imitar las actitudes de las mujeres, que son mucho más interesantes que los hombres»
Por dinero y diversión. Álvaro Pombo (Santander, 1939) no oculta las razones que le llevaron a 'buscar' el premio Planeta. Una vez 'cazado' el galardón y sus 600.000 euros de bolsa, el respetado escritor y académico se carcajea con ganas hasta de su propia sombra y celebra el galardón obtenido gracias a La fortuna de Matilda Turpin. «Es sin duda mi mejor novela» dice Pombo de esta narración de mujeres, fantasmas y relaciones de pareja, una «ficción psicológica» cuyos pilares son el duelo, el amor y el rencor. «Ese rencor que guardamos en lo más profundo de nosotros mismos». Insiste Pombo en que ganar el Planeta no supone «ni mucho menos» traicionar a su editor de toda la vida, Jorge Herralde, con quien inició su andadura por el mundo editorial hace casi 30 años.

Oct 16, 2006

Borges y Bioy Casares: Diario de una amistad.





Borges y Bioy Casares fueron dos grandes amigos, dos grandes literatos argentinos, un astro y un ¿satélite? que desde que se conocieron en 1931 no se separaron. Ahora sale a calle el diario de más de 1.600 páginas que Bioy escribió a lo largo de medio siglo sobre sus conversaciones con Borges.

Un libro que supone todo un acontecimiento literario por todo lo que revela y que con el nombre de 'Borges de Bioy Casares' estará en las librerías el próximo día 19, publicado por Destino.
Y es que no hay nadie mejor que Casares para hablar de Borges porque, además de ser grandes amigos, compartían el hecho creativo, incluso llegaron a escribir un texto juntos, aunque nada literario y serio, ya que se trataba de una recomendación publicitaria sobre la cuajada.

'Bioy ha sido muy bueno y muy indulgente conmigo. El es una persona para la cual mi vida no tiene secretos', decía Jorge Luis Borges.

Y tanto es así, que no queda rendija por la que no se cuele el ojo fino y escrutador de Casares, dando como resultado un montón de páginas con las que el lector podrá comprender mejor los textos del autor de 'El Aleph', conocer detalles de su vida cotidiana, sus preocupaciones, amores, manías, controversias literarias -ambos no dejan títere con cabeza-, o su angustia ante el progreso de su ceguera.

Un texto que el propio Bioy empezó a preparar en 1997, hasta antes de morir en 1999, con Daniel Martino, su albacea, y recogido de sus agendas y apuntes.

En este diario, Bioy Casares anotó todas las noches que Borges cenó en su casa, durante cuarenta años a veces una o a veces dos y tres por semana.

Diálogos literarios, chismes, complicidad, agudas críticas, reconocimientos, complejos, vida y literatura. Todo un repaso por la historia de la cultura, durante medio siglo, y de la humanidad que ha sido reunido en este inmenso volumen lleno de ironía y juego literario.

La mayoría de los diarios que se abren por fechas, se inician con 'Borges viene a cenar', o 'comemos en casa de Borges'.

Con respecto al Premio Nobel, Borges dice: 'Los premios no ayudan, en la posteridad a nadie', y refiriéndose a Juan Ramón Jiménez, al que no valoraba nada y con el que no ahorraba maledicencia, añade:
'Que vergüenza para Estocolmo...primero da el premio a Gabriela (Mistral) ahora a Juan Ramón. Son mejores para inventar la dinamita que para dar premios'.

A Thomas Mann, Borges le considera 'un idiota', y en 1956 dice que 'es curioso el caso' de Ernesto Sabato: 'ha escrito poco, pero ese poco es tan vulgar que nos abruma con una obra copiosa'. También dice que 'Qué puede saber de nada un bruto como Hegel' o que
'Marinero en Tierra', de Alberti es 'una porquería'.

En otro momento Bioy recuerda que Faulkner, en un artículo dijo que la mejor ocupación para un escritor era la de regente de prostíbulo: 'se puede trabajar todo el día, de noche hay ocupaciones'. Borges dice: 'Está bien Faulkner escribiendo eso'.

Bioy: 'Sí, sobre todo si uno recuerda que un escritor no es nada, si no es su conciencia'.

Martes, 28 de agosto, de 1956, Bioy escribe: 'Como no recordé que Borges volvía hoy de Santa Fe, no le invité a comer. Me parece cuando lo llamo que está un poco resentido por mi olvido. A veces tiene una susceptibilidad extrema, casi femenina'.

Borges decide casarse a los 68 años con una mujer ya madura, Elsa Astete, que conoció en su juventud. Leonor, la madre de Borges, le pregunta a Bioy qué le parece. Bioy anota: 'Vieja, de piel grisácea; en actitud de sierva enamorada postrada de admiración ante el ídolo potencialmente díscolo'.

Luego el 6 de enero de 1970, Bioy ya ve que María Kodama puede 'salvar' a Borges de Elsa, aunque después también la criticará duramente.

Así, miles de frases y textos con un Borges antiperonista. 'Buena parte de la historia argentina ocurrió entre gangsters' (30-9-69) escribe, y con toda clase de impresiones de estos dos amigos que en los últimos tiempos estuvieron distanciados físicamente, ya que Borges murió en Ginebra el 14 de junio de 1986, 45 días antes se había casado con María Kodama.

Pero antes de morir Borges le dijo a Casares que 'para morir da lo mismo un sitio que otro'.

Este volumen se publicará simultáneamente en España y en Latinoamérica.

Recomiendo leer este artículo:
http://www.sololiteratura.com/arlt/arlteldiario.htm

Oct 12, 2006

Orhan Pamuk gana Premio Nobel de Literatura

El novelista contemporáneo más conocido de Turquía, Orhan Pamuk, ganó el Premio Nobel de Literatura 2006.
La Academia Sueca rindió tributo hoy, en Estocolmo, al escritor de 54 años, por su “búsqueda del alma melancólica de su ciudad natal” Estambul.
El comité Nobel dijo que Pamuk, en sus trabajos, “ha descubierto nuevos símbolos para el enfrentamiento y entrelazamiento de culturas”.
La Academia dijo que su irrupción internacional llegó con su tercer libro, "Beyaz Kale" (El castillo blanco), una novela histórica sobre la relación de un esclavo veneciano con el joven erudito que lo compra y la gradual difusión de sus identidades.
Pamuk, cuyas novelas éxitos de ventas incluyen "Mi nombre es rojo" y "Nieve", enfoca su trabajo en el choque entre el pasado y el presente, Oriente y Occidente, secularización e islamismo, unos problemas en el centro de la pugna turca por modernizarse.
En enero, un tribunal desestimó los cargos penales contra Pamuk, que había sido acusado bajo el artículo 301 de un nuevo código penal, el cual prohíbe ofender la identidad turca.
Pamuk, que vive en Estambul, donde es considerado un comentarista social influyente, fue el primer escritor del mundo musulmán en condenar públicamente la fatwa iraní, o edicto de muerte, contra el novelista Salman Rushdie.
En enero, una corte de Estambul retiró los cargos contra Pamuk, quien era acusado de insultar a la nación turca.
Esos cargos surgieron de una entrevista, publicada en Suiza, en la que dijo que 30 mil kurdos y un millón de armenios fueron asesinados por los otomanes en Turquía hace casi un siglo.

Oct 11, 2006

Grass, una vez más


El escritor alemán Günter Grass ha presentado una demanda por la vía de urgencia contra el diario 'Frankfurter Allgemeine Zeitung' por la publicación de dos antiguas cartas suyas en que aconsejaba a un ministro socialdemócrata revelar su pasado nazi. Se trata del mismo diario que ofreció la entrevista en la que el autor de 'El tambor de hojalata' hablaba de su estancia adolescente en las Waffen-SS.

El diario publicó esas misivas, dirigidas en 1969 y 1970 al por entonces ministro de Economía y Finanzas Karl Schiller, en pleno debate por la confesión tardía de Grass de que en su juventud estuvo en las Waffen-SS.

Grass considera que su publicación vulnera sus derechos de propiedad intelectual, puesto que son personales."/(¿No sería mejor, derecho de intimidad?)

El Premio Nobel de Literatura 1999 ya anunció la semana pasada su propósito de recurrir a los tribunales y expresó su malestar por la dimensión que dio en su día el rotativo a la entrevista en que hablaba de su pasado. Grass considera que el 'Frankfurter Allgemeine' sacó la cuestión de quicio, al anunciar como "confesión" un dato biográfico, del que hablaba en su libro 'Beim Hauten der Zwiebel' ('Pelando la cebolla').

El escritor acusó al diario, arquetipo de la prensa seria alemana, de utilizar métodos sensacionalistas y dijo que consideraba lo sucedido como una violación de su derecho a la privacidad.

Escándalo y debate nacional


El detonante del contencioso entre Grass y el 'Frankfurter Allgemeine' fue la entrevista publicada por el diario, a mediados de agosto, en la que el escritor hablaba de esa parte de su próximo libro. El rotativo lanzó el día antes de la publicación de la larga entrevista un avance editorial, en que anunciaba tal "confesión", lo que desató un gran revuelo mediático.

De la revelación se pasó al escándalo y de ahí al debate nacional sobre por qué el autor, considerado "autoridad moral" del país, había tardado décadas en hablar de eso, cuando llevaba media vida marcando pautas de comportamiento ético.

En medio de la polémica, que aceleró incluso el lanzamiento del libro vista la dimensión de la materia, el 'Frankfurter Allgemeine' publicó esas dos cartas.

En ellas Grass recomendaba a Schiller, ministro de Economía durante la gran coalición presidida por Kurt Kiesinger y durante los gobiernos socialdemócratas de Willy Brandt y Helmut Schmidt, hablar públicamente de su pasado nazi.

Grass, quien ha necesitado varias décadas para hacer su propia confesión, le argumentaba entonces a Schiller que hablar de eso sería una "tormenta purificadora" para Alemania.

El editor del periódico, Frank Schirrmacher, ha salido al paso de esas acusaciones en el semanario 'Der Spiegel' y ha explicado que cada palabra de la entrevista publicada por ese diario con la "confesión" de Grass había sido previamente autorizada por el autor.

"Da igual cómo se sienta ahora Grass. Debe entender de una vez que no fue el 'Frankfurter Allgemeine' quien le forzó a ingresar en las SS, ni fue quien le impulsó a callarlo durante décadas", afirmó Schirrmacher.

"En nuestra entrevista dice que quiere romper su silencio, que quería quitarse este peso de encima. Fue él mismo quien alivió así, dramáticamente, su conciencia", responde el editor en 'Spiegel'./(Nota del editor)

Respecto a la publicación de esas cartas, Schirrmacher argumentaba que éstas eran públicas, en tanto que parte de una tesis doctoral conservada en archivos.

Fuente: El mundo

Oct 10, 2006

Paseo por la Literatura erótica

El siguiente es un recorte (aumentado) de un libro que no he podido conseguir saber quién es el autor.

Como texto de práctica religiosa o como expresión pagana, como solaz de salones de la nobleza o como contracultura popular, se ha escrito literatura erótica en todas las épocas y en todas las culturas.

Para salvar el riesgo de incluir a casi toda la literatura en este recorte, los títulos y autores señalados aquí corresponden a obras en las cuales lo erótico tiene un lugar central, y a Grecia y Roma, principalmente.

Textos que buscan el efecto de erotizar al lector, poemas que festejan el sexo, comedias de enredos sexuales, tratados escatalógicos, libelos procaces, escritos de alta lubricidad y lascivia: lo aquí citado pertenece a la zona de incertidumbre entre lo pornográfico y aquello socialmente mejor admitido que suele calificarse como literatura erótica.

Atentos a que este conjunto siempre debió hacer frente a opiniones que no lo conceptúan como literatura o si lo hacen la pretenden baja, sus defensores, los prologuistas de antologías y sus estudiosos, como ALEXANDRLN y su Historia de la literatura erótica (Planeta, 1990), exprimido para esta reseña, remontan los primeros ejemplos a Grecia y citan entre sus cultores a celebridades de la literatura clásica. La antigua comedia griega nació en las fiestas anuales en honor de Dioniso, dios del vino, donde se cantaban himnos licenciosos celebrando al falo.

Dioniso había sido descuartizado en su juventud por los Titanes, pero Démeter, diosa de la vegetación, reunió los pedazos para hacerlo resucitar. Llevar un falo al templo de Dioniso tenía para el pueblo griego el sentido simbólico de contribuir al renacimiento del dios aportándole el órgano esencial que le habían quitado los Titanes. En las aldeas se formaban cortejos llamados faloforias, en las que cada familia blandía un falo a la manera de un cirio y en las procesiones se entonaban cantos fálicos y se intercambiaban bromas obscenas. Después del sacrificio a Dioniso, la celebración jubilosa incluía farsas, vistas ahora como primeros bosquejos de la comedia antigua.

En un ambiente cultural semejante no parece inapropiado que Aristófanes escribiera Lisístrata, primera obra importante del erotismo antiguo, historia de una joven que convoca a las demás mujeres atenienses a una huelga de sexo para detener la guerra del Peloponeso.

Con la misma veta erótica, humorística, feminista y sindical, Aristófanes escribió otras obras donde lo sexual es motivo frecuente y el lenguaje es humorístico por procaz, como ocurre en La Asamblea de la mujeres. Por el lado del relato, entre los antecedentes griegos más remotos están los cuentos milesios, zaga de chistes transmitidos de boca en boca que contaban las licenciosas costumbres de los habitantes de Mileto (Jonia).

Estos chistes fueron recogidos en el siglo II a. de C. por ARÍSTOES DE MILETO en el libro Milesiarcas. En poesía el más obsceno de los escritores griegos -juicio de sus propios Contemporáneos- fue Sotades, quien dio lugar a la expresión "literatura sotádica", aplicable a los textos de temas lúbricos. Meleagro, autor de la primera antología de epigramas eróticos y fino cultor de ese género, y Estratón de Sardes, que escribió cientos de poemas a la homosexualidad masculina, son los nombres que sobresalen entre los muchos escritores "especializados" en erotismo de la Grecia anterior a nuestra era. A Luciano, escritor griego de origen sirio, que nació en el 125 d. J. C. se lo considera autor del libro pornográfico más antiguo: los Diálogos de las cortesanas. En Lukios o el asno, Luciano retomó un chiste referido a las mujeres de Mileto: el protagonista, convertido en burro, deleita sexualmente a una dama que se indignará al recobrar él la forma -y las proporciones-humanas.

Cimentada sobre una cultura popular que también sabía celebrar lo sexual y era rica en diálogos procaces, chistes, obscenidades y retruécanos pícaros, la literatura erótica romana muestra obras de mayor refinamiento literario que las griegas, de cuyas formas es deudora. Escritas entre el siglo II a. de C. y, 11 d. de C.; sobresalen entre ellas las comedias de Plauto, la poesía de Catulo, las sátiras de Horacio, el Arte de amar, de Ovidio El satiricón, de Petronio; los epígramas de Marcial, los textos satíricos de Juvenal, y El asno de oro, de Apuleyo, la novela de tema erótico más lograda de la época, que echa mano del mismo motivo que Luciano.

En lo que Alexandrian recorta como "erotismo cristiano" -escritos que históricamente coinciden con el ascenso del cristianismo en Europa- aparece Ausonio en el siglo IV, quien escribió la pieza teatral Tres en una cama y numerosas poesías que podemos ejemplificar con dos versos: "Ella se mueve, chupa, se hace servir por ambos agujeros/Teme que morirá de decepción si no lo prueba todo".


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Oct 9, 2006

Estrenando blog

Bienvenidos al Blog de Jorsh.
Nos hemos mudado a una casa más amplia, como ustedes pueden apreciar. Y para no dejar vacíos, mientras cargue nuevos post, he importado del antiguo blog los post que más fueron comentados, pero sólo los escritos personales. Los apuntes y demás pueden encontrarlo en el antiguo blog, estarán allí siempre ya que no clausuraré el espacio. Les recomiendo darle una ojeada al espacio, a ver si me dan algunas sugerencias.
Espero que me visiten.

Los demonios que llevas dentro

A través de una grieta puedo ver la oscuridad radiante del mundo que está allá, fuera de mi vista. Aquí, donde yo vivo, todo el tiempo hay luz. Extraña es, más bien, la forma en que hasta hoy he podido sobrevivir. Durante años he visto desde aquí que la oscuridad tiene un color muy claro, en comparación de lo que soy. Desde aquí veo la oscuridad a lo lejos y he llegado al punto de añorarla día y noche. Aunque nadie me crea, mi habitación es blanca, contrasta con mis ideas, mis ilusiones y mi voz entrecruzada que nadie oye. Es tan blanco aquí, que ya casi olvido cómo eran los colores, cómo sabían cuando mis ojos antes los probaban con exquisitez. He olvidado muchas cosas. Apenas sé lo que soy. Pero gracias a la grieta nacida de la vejez de la puerta que me tiene encerrado de por vida, gracias a esa grieta, no olvido la oscuridad. Esa grieta me da esperanza.
Cansado como estoy de haber caminado en círculo lo que, en el mundo real, sería dar cincuenta vueltas a pie alrededor de la Tierra, con el hígado trajinado por la ira que guardo de nacimiento, bajo la luz incandescente sobre mí que me fríe como se fríen los espíritus en el infierno, con esa tortura que es mil doscientas veces la peor tortura que sufre el peor hombre, vuelvo a caminar de un lado a otro, confundido entre lo que tengo, lo que valgo y lo que existe delante o detrás (no tiene revés) de esta puerta, que tal vez sea la entrada a la luz o la entrada a las tinieblas.
Abrí los ojos y me cansé de ver día y noche ese fuego ardiente blancuzco, temible, vigente por siempre, temible, construido para mi tormento. Temible...
Un día me saqué los ojos. Pero sigo viendo. La luz me persigue, me vuelve ciego, pero de locura simplemente. Grito, me desgarro y no encuentro respuesta, no se apiada de mi ni el demonio ni un dios de verdad. Nadie tiene piedad del eterno infierno al que me somete mi amo.
Mi padre, al que desconozco, por suerte, me condenó a vivir en un basural andante, viviente e incomprensible. Aquí no están los placeres con los que por lo menos cuando nací mi madre me embadurnó. Aquí vivo y por la grieta oscura de la puerta del espíritu malsano de mi hogar, estoy condenado a sufrir sin entenderlo. Lejos a mí se encuentra mi añoranza suprema que un día alcanzaré. Esa tiniebla central, rodeada de más tinieblas, que se visualiza desde la grieta que siempre observo, es la aspiración de todos los seres como yo. Es la añoranza mayor: ¿Cuál? Matar al ser humano que nos cobija desde que nace.

165 palabras escritas por un asesino mediocre


Al silencio de una mirada en el espejo, recuerdo cuán rápido me ha abandonado el cuerpo y las lunas. Soy ahora un acabado madero humano, apolillado por la desesperanza y el auto abandono y que estoy, más que siempre, seguro que dejé de existir cuando abandoné mi camino. Cuando me maté matándolo. Desde entonces he sido lo que no he querido ser ni para ella ni para todos. Hoy no vale la pena arrepentirse pues ya no se puede hacer más que esperar el acoso de la decisión que tomé en mi locura mortal. ¿Qué puedo hacer cuando Dios me exija cuentas? Qué error de soberbia hallé. Todo esto por no saber qué es el perdón. Nada quiero sino que ella venga y me resucite al menos por un minuto. Quisiera verla de nuevo. Extraño cómo me miraba, cómo me besaba y cómo me decía que me quería. Cómo extraño la fragilidad de sus sueños, su cielo, donde yo, en una época irrepetible, anduve volando.

¿Adivinas quién soy?

En la palma de mi mano derecha guardo un símbolo extraño. Es una estrella de cinco puntas formada con las líneas que se entrecruzan. No sé qué es lo que me advierte. Guarda tal vez un tomento, una suerte infinita, una misión, un recuerdo que no podré borrar nunca. No sé realmente qué tiene que ver este símbolo extraño en mi vida.
Soy uno de los pocos en el mundo que tiene las vísceras de manera opuesta. Es decir, mi corazón se encuentra en el centro superior derecho y no en el izquierdo como todo el mundo. Mi apéndice está en el lado izquierdo al igual que mi bazo. ¿Coincidencia?
Y qué me dicen de esto: soy zurdo. A todas las personas que sueño las veré en el día siguiente. Puedo recordar lecturas antiguas, teorías y lenguajes sin que nadie me haya enseñado. Lo que les cuento es real, es cierto. A pesar que tengo 61 años, todos aún me creen joven. Mi piel no envejece, como de todos los demás. Y si eso les parece poco, soy capaz de reconocer tu pasado sin que me hayas contado absolutamente nada. Sólo piensa en mí.
¿Quién soy? ¿Tienen ustedes alguna sospecha?

Los amores del otoño pasado

Mira por las ventanas empañadas con el aire abstemio de caridad y vuelve a vivir una vez más el mismo tormento dulce de los amores juveniles. Así es ella por estos tiempos. Mira por la polvareda de un fijo recuerdo inquebrantable. Observa a otras mujeres caminando por las aceras de en frente mascullando sonrisas alborotadoras junto con sus maridos, o novios, o amigos, y cree que es una de ellas. Desde las ventanas, la vida es diferente que cuando uno está caminando paso a paso. Por momentos vive intensamente lo que sus grises ojillos le revelan, hasta que logra cansarse y darse cuenta que hoy ya nada es la verdad del ayer: ella está sola y eso le causa heridas tanto aceptándo esa verdad, como rechazándola. Cada noche se repiten las caricias en su cuerpo, caricias que no han muerto tanto como ya ha muerto su belleza y sus ganas de amar. Esas manos del ayer están tatuadas en cada centímetro de su piel y ella piensa más que en el día. Lentamente acaricia el recuerdo de una lengua voraz y tirana que la buscaba entera en las noches prenupciales, contra todo tabú de la sociedad peruana. Por eso es un dulce tormento evocar el pasado pasional que era de un buen hombre: el hombre de toda su vida. Lo amaba hasta el pleno delirio desde que lo conoció y nunca pudo expresarle con sinceridad lo que sentía por él. Recuerda entregándose. En esos años ella fue sensual y angelical. Eran esos momentos de besarle los labios escabrosos y entregarle su tabú y su niña que fue, lo que antes la entusiasmaba. Ahora, esa remembranza solamente sirve para sufrir. Si tan sólo hubiera sido capaz de controlarme, de decirle un te quiero cuando estaban juntos en la alcoba. Pero no, siempre se mantuvo bajo una costra de resentimiento infundado por creer que el amor que se tenían estaba maldito por el suicido de su padre. Él se fue y ella tuvo que casarse con otro, al que odia actualmente.La memoria la invita a partir hasta el último día que pasó junto a su calor masculino y soberbio en un lugar lóbrego que hoy ya no existe. Se ha visto este día en el espejo más veces de lo que frecuentemente se mira. Esta no soy yo, se dice, con la voz temblorosa, y piensa, Por qué me he envejecido tan rápido. Años que han muerto sin que ella pueda haberse dado cuenta. Este día de santos recuerdos es como mirar una existencia que se ha esfumado a propia voluntad. Sin titubear cierra la cortina del hotel donde se ha hospedado y se tira de bruces en la cama. Aunque sabe que su cuerpo ya no tiene solución ni siquiera quirúrgica, tiene una esperanza entre los dedos: fue una sorpresa encontrase con él, justo el día de hoy, después de casi dieciocho años de silencio bilateral y extremo. De algo tuvo que servir el haber venido hasta aquí sola, sin compañía alguna. Ha sido un día difícil, sin duda, aunque pensar en los momentos de placer que los pasó con él antes de su matrimonio la han hecho volcarse a la aventura de aceptar su invitación. Pero ese miedo que ha ido cosechando en su actula relación marital ya la ha vencido desde hace años, se hace más y más grande en ella. La vida otorga semejantes sorpresas pese a que el caminar monótono del tiempo no regala sino la vejez. para ella, ha llegado el tiempo de reivindicar los actos que realizó en los tiempos en que él más la necesitaba.

¿Cómo definir esto?

Estimado hermano, necesito decirte que en este lugar no me acostumbro a vivir. Quisiera que vengas por mí lo más antes posible y me ayudes a cargar con mis cosas hasta el aeropuerto. No soporto más esta cultura: me largo. Ya no sé si tal vez hayan calado en mí. Tal vez me esté comportando como uno de ellos, que sería lo más repugnante. Hermano, no sé cómo definir esto.
Te cuento que ha habido un caso que me ha sorprendido totalmente.
He sido consultado por una familia para dirimir en sus asuntos. Al final, terminé vapuleado y por los suelos. Por eso me pregunto ¿qué es la libertad para ellos? Para esa cultura retrazada, donde se creen cosas como estas, que te las anoto a continuación, en resumen, como teoremas que ellos utilizan para vejar una especie de maldiciones en sus estirpes que continúan.
Mi hija es un objeto, yo puedo hacer con ella lo que se me plazca, porque soy su padre.
- Mi hija tiene que hacer lo que su padre le dice, él puede hacer con ella lo que se le peque la gana.
- Te amo, me amas. Por que te amo, deberás sacrificar tu vida, tu libertad, tus sueños y venirte aquí, a observar mi muerte. Tengo sida y porque tenés que demostrarme tu amor, tendré relaciones sexuales contigo. Te infectaré mi virus para que así me demuestres tu amor. Así, yo seré feliz.
- Libertad es hacer lo que yo diga, lo que él dice… bueno, está bien, cuando nos convenga, lo que tú digas.
- Me encanta hablar detrás de las personas y no dar la cara. Ser hipócrita es jactarse de maltratar a las personas sin que ellos se enteren. Cuando los encuentro, los saludo y les muestro todo mi afecto, como para que siempre me tengan y guarden cariño.
- Lo que importa es que estemos juntos, así no nos amemos, así tú tengas que sacrificar tu realización. ¿Qué dirían los demás si nos separamos?
- La felicidad entra con sangre.
- ¿Qué le vamos a hacer? Así ha sido siempre, quién te crees para cambiar lo que es y ha sido sido siempre...
- Para ellos, Libertad = prostitución, alcoholismo, drogadicción, estudios, superación. Eso quieres conseguir. Por eso quieres ser libre, para que hagas lo que se te plazca. Pues, NO.
- Para ellos, Felicidad de la mujer = dejadez, quedarse en casa a lavar los platos, lavar la ropa de los hermanos y los padres, limpiar la casa.
- Para ellos es insulto de la mujer es = Asearse, acicalrse, verse bella y atractiva, sentirse segura, tener sueños, superarse. Atender a sus prioridades personales. Tener alguien aquien amar (diferente de su familia).
- Amar a los padres = nunca reclamarles cuando se equivocan. Aguantarles sus insultos, sus golpes y otras cosas más... Nunca hablar de lo pestilentes que son, al contrario, hacerles quedar siempre bien.
- Para ellos, Traicionar a tu padres = ser feliz.- Es imposible no fingir. Nunca debes ser como quieres ser.
No sé qué mas decirte por esta oportunidad sobre esta ciudad, querido hermano.
No sé por qué tengo que vivir entre personas que se sacan los ojos así mismas.
No sé que tanto he podido explicarte, no sé por qué lo hago, es que si supieras el calvario que sufro hoy. No sé quién me estira la mano con cariño o quién lo hace por quedar bien y en la espalda guarda un puñal para clavármela cuandoyo esté distraído.

DOS VECES MUERTO


Les presento, debajo, un fragmento de "Dos veces muerto", un cuento que también forma parte de Secretos de Cavernófilos.

«... Encuentran muerto a responsable de Crímenes de AyacuchoEl lunes 25 de agosto, a las cinco y treinta de la tarde, fueron encontrados por la policía de carreteras los restos de un hombre que se presume fue Elías Céspedes Lopeztorres, alias Comandante Cañón, ex militar (capitán de corbeta AP y jefe del destacamento Nº 10 de Huanta, Ayacucho) y responsable de la desaparición de Fernando Figueroa Ayala, periodista de nuestro diario; de los horrendos asesinatos cometidos en Sarhuapampa; e incluso de los restos humanos hallados en las fosas de Pucayacu, en Ayacucho; sucesos que se llevaron a cabo en la década de los ochenta. Las autoridades habían recibido una llamada telefónica el mismo lunes, al promediar las ocho de la mañana, de un hombre que no dio a conocer su identidad, comunicando el asesinato de dicha persona a la que, hace quince años, nuestra justicia lo había declarado muerto. No se sabe quién pudo haberlo matado. Entre los pobladores se habla de un simple asalto, de los múltiples que ocurren en las carreteras cajamarquinas y que quedan en el anonimato por la incapacidad y desidia de las autoridades administradoras de justicia. Otra versión corre que puede haber sido una venganza personal cometida por otro militar, ya que el arma con la que ha sido asesinado pertenecía a la PNP, encontrada a diez metros de la casa, donde se cometió el horrendo crimen. El cuerpo de la víctima fue enterrado en el pequeño huerto, detrás del hogar del occiso. Tenía en la cabeza el rastro de un solo disparo y en el cuerpo señales de haber sido golpeado con barbarie. No se sabe si le han robado algo, pues se desconocía totalmente el patrimonio que poseía ya que no frecuentaba con nadie del pueblo. Hasta la fecha, no se sabía el paradero del militar fenecido, desaparecido desde 1988. Misteriosamente, días después de que la Corte Suprema de Justicia determinara que sea enjuiciado en el fuero civil (por las múltiples denuncias que pesaban en su contra), el Comandante Cañón fue secuestrado por desconocidos y luego de unos meses, declarado muerto. Pese a que versiones periodísticas señalaron que el Comandante Cañón se encontraba en las afueras del distrito de Jesús, en la ciudad de Cajamarca, las autoridades pertinentes no tomaron importancia ya que sólo se trataban de rumores no confirmados. Sin embargo, con el reciente informe lanzado por la Comisión de la Verdad y Reconciliación, se puso al descubierto las múltiples responsabilidades que éste sujeto tenía con el pueblo de Ayacucho y con las personas que lo denunciaron, como es el caso de nuestro recordado periodista, Fernando Figueroa. Consiguientemente, nuestro comando periodístico descubrió (recopilando testimonios de los pobladores que sufrieron persecución y violencia por parte de militares y terroristas), que el Comandante Cañón habría traficado, tanto armas como drogas, con los guerrilleros de la zona. Aún más, se habla de una alianza para aprovecharse de los humildes campesinos de las zonas aledañas a Sarhuapampa, a quienes los obligaban a culparse por hechos que el Comandante Cañón y los terroristas perpetraban. Se vuelve entonces sospechoso, que dicho militar haya sido asesinado luego de haberse puesto al descubierto sus actos infames. Pero nada se puede afirmar. Sólo nos queda preguntarnos y sacar nuestra propia conclusión: ¿Un simple asalto o una ensañada venganza de hace más de quince años?
(Felipe Figueroa Ayala. Diario La Visión de Lima, agosto 28, 2003.)
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Paciente espera


Luego de tantas horas de espera, de tantas penas en espera, de pensamientos en espera, se oyen voces agrietadas al final de un pasadizo marrón, confuso, yermo. A lo lejos de los oídos se pulverizan golpes de herramientas, por otro lado se escuchan ciertos sonidos que se pueden interpretar como fruiciones y al mismo tiempo como despedidas impregnadas de una acre alegría: se le hace difícil ser un sonido auténtico. El sol es fuerte aunque las nubes son más cercanas a nuestra realidad y nos brindan en su gran combinación un escalofrío perenne que por mucho tiempo, menos hoy, fue la compañía más repugnante. Recién puede darse cuenta que el calor del sol no depende de él mismo sino de las cosas que tratan de ocultarlo alejándolo de su propósito natural. Cae una gota de agua que me detiene el paso y me hace volver a mirar al cielo que he maldecido vanamente, piensa. Cuando se camina apenas si se puede apreciar la sombra que se embebe en el suelo de nuestra vida, apenas si damos un paso y no vemos las paredes que nos acogen y que pueden ser tan grandes o tan pequeñas, que somos incapaces de percibirlas.He caminado hace unos cuantos segundos. Los pasos que he dado han sido percibidos quienes me observan y sienten que el pesar de los recuerdos me tuvo entretenido y me alejó del dolor que causa una bofetada de hombre o una punzada de uno más hombre todavía.Uno cree que al iniciar un camino que sabe será largo, no tendrá final y que si existe, éste no está en las posibilidades de poder apreciarlo con alegría. Allá de mí, a tan solo unos cuantos metros; inmediatamente después que tenga que pasar unos tres o cuatro obstáculos, de tantos años de aguardo que se han esfumado en los pensamientos que se calaron en el alma y que sus escollos seguirán en ella hasta el final de los días, por amorosos o sangrientos, ellos seguirán allí. Allá de mí, está la libertad. Doy un paso nuevo y dejo tras de mi esa gota que me detuvo un mísero paso. Me detuvo a pensar en el inescrutable tiempo que viví en los maderos henchidos de la habitación en la que anduve sentado, esperando este día. Se alejan de mí los sonidos de despedida y me dirijo al primer hombre que ven mis ojos: un policía de vigilancia.
El hombre no dice nada, pero percibo que le debe extrañar que no me sienta feliz.
Yo me detengo y miro hacia atrás. No pierdo de vista algunas manos que se me despiden. Deben de ser de Jeremías y los compañeros de mi ex sección. Presidiarios con los tormentos similares. No les respondo y pienso en que un día aprendí a no mostrar lo que mis sentimientos sienten y desde entonces no puedo ser como ellos quisieran que fuese. No es mi intención contradecir su naturaleza ni su realidad, son ellos quienes han tratado de sofocar a mi ser. Alguien del otro extremo, a donde yo me dirijo me hace gestos y suelta un par de insultos. Trata de decirme que me apresure y yo vuelvo a caminar sintiéndome el hombre más alegre del mundo, mientras todos creen que a mí todo me da lo mismo.
El primer día que estuve aquí no fue algo que yo no haya vivido antes. A veces, afuera me sentía peor que aquí. Mi vida siempre estuvo marcada por las prisiones. Pero esta es la primera prisión que tuvo paredes de concreto.
Me hacen firmar algunos papeles y me advierten que siga al pie de la letra las indicaciones que me dan. Dice uno de ellos que tengo que firmar todos los meses en el juzgado y que por mucho tiempo estoy impedido de salir de la ciudad. Me entregan una sumilla y me piden que la revise. Yo les respondo:
—Esto ya lo sé. Lo que no sé es cuándo se termina la cárcel y su sombra.
Se graba un silencio y luego explota un manojo de risas.
He leído casi toda mi vida. Conozco mucho sobre diversos temas. Antes de entrar a prisión pensé ser un discípulo de Jorsh Kinse. Él era un escritor sin fama, que escribía para él y no para el mundo estúpido. No sé que será de ese hombre...
Ellos se han burlado de mis palabras. Me dan unos abrazos de disgusto, me despeinan para disimular su ignorancia y me dicen que no hubo antes en prisión un interno que sea tan soberbio como yo y que me extrañarán porque ya no habrá nadie quien les joda.Aun cuando soy capaz de mostrar una dureza soy incapaz de saber el porqué. Cuando pienso en ello suelo someterme a mi propio análisis para tener una idea de cuándo cambié. Quizás fue desde el momento en que mis ilusiones de ser un gran hombre se esfumaran como se evapora una fragancia que no es natural. Hoy es un gran momento de escucharme. Voy a romper un límite que me puse cuando ingresé aquí sin haber querido, hoy me retiro de aquí y tampoco lo deseo.Me han abierto la última de las puertas y observo un cúmulo de desmonte que supongo debe de estar mucho tiempo porque hasta le han crecido hierbas por todos los lados y en otra parte reposa un hormiguero todavía en construcción. Mientras he mirado mi alrededor escuché que las puertas se cerraron y sentí un temor que me hizo saltar los nervios y el corazón. No tengo lugar seguro afuera. Mientras estuve aquí falleció la pequeña familia que tuve siempre. No sé si físicamente habrán muerto, el hecho es que para mí ya no existen. Aunque en realidad yo ya no existo para ellos. Sé que los amigos ya no deben de ser los mismos y creo que no podré recurrir a ellos, por lo menos hoy no. Me queda un lugar por preguntarme si todavía existirá, si estará disponible para mí. Suspiro al pensar que no la he olvidado y me digo con rabia, date cuenta que ya han pasado varios años y ella nunca se apareció por aquí. Ella te olvidó hace mucho.
Al ambiente lo siento fresco, puedo percibir la mezcla de fragancias que divagan por este aire que no sé bien como lo percibía antes. Pienso nuevamente en ella y guardo una esperanza de volver a encontrarla y poder decirle que aunque estuve sin verla tanto tiempo, la deseo y quizás hasta la siga queriendo como cuando fuimos novios.
Entre las cosas que cargo tengo unos cuadernos en donde he descrito todo el dolor que he sufrido, todos mis deseos de poder salir a verla. Son cuentos paganos, jamás serán escritos propiamente, muchos de ellos sólo tratan de aquella mujer que me abandonó cuando más la necesité.
De modo que no me veo con una opción más reprochable para mi vida que la de hacer lo que debí hacer hace tiempo. Tirar lo que escribí a la basura.
Camino unos pasos. Ya empiezo a extrañar esa fría prisión.