Aug 13, 2009

SAN GOOGLE Y LA REAL SOCIEDAD


En esta época tan avanzada, donde el Internet, de la mano con los avances tecnológicos más deslumbrantes y que ya escapan de los sueños más locos de Julio Verne y de Isaac Asimov, debemos pensar un instante y preguntarnos: ¿En todo esto, dónde estamos situados los peruanos?


En esta época, gracias a los alucinantes avances, nosotros los peruanos (y todo el mundo), podemos acceder a una gran variedad de información que nuestros ancestros se hubieran desmayado de tan sólo pensar: ¿Cómo que hay un aparato en donde puedes conversar y conocer gente que está a cincuenta mil kilómetros de distancia? ¿Cómo que tú puedes leer el periódico The New York Times en el instante y sin tener que pagar por ello? ¿Qué estás jugando ajedrez con un británico sin salir de tu casa? ¿Qué tienes una biblioteca de ochenta mil tomos y de todas las especialidades? IMPOSIBLE.


Cuantos de nuestros ancestros, con mejores sueños e ideas que nosotros, anhelaron nuestros privilegios.


Hoy en día todo ello no sólo es posible, sino que ya es tan ordinario que ni nos llama la atención. En una sola tarde, desde la comodidad de mi casa, puedo descargar música de cualquier tipo, puedo tener a Mozart, Armstrong, Coldplay; puedo ver videos documentales, musicales, películas; puedo leerme toda la colección de sir Arthur Conan Doyle, a Charles Perrault, Phillip Dick, toda la literatura peruana (incluso hay resúmenes). Toda la documentación del mundo. Puedes conocer gente de todo tipo, incluso toparte con criminales y gente más rara que tú. Bueno, todo esto ya lo sabemos.


¿Se imaginan que por 1993 los ingenieros civiles tenían que hacer sus planos a mano y se demoraban un montón de días, incluso meses para culminarlos? Ahora, gracias a los ordenadores, los programas especializados y el internet, no sólo pueden hacer sus trabajos en un tiempo máximo, sino que también pueden encontrar mejores diseños en la red, donde existen millones de ingenieros que no son egoístas y publican sus plantillas. En el caso de los abogados y profesores, por ejemplo, para que puedan acceder a un diccionario o un libro de un autor extranjero, tenían que gastar un montón de plata y encima tenían que tardarse toda una eternidad hasta buscar lo que ellos deseaban, libro por libro. Ahora, gracias a la tecnología, existen libros virtuales por montones y de todos los temas que te puedas imaginar e incluso hay programas que pueden realizar labores como la búsqueda por documento y traducción a cualquier idioma. Hay mapas, fotos, videos, música…. Infinidad de cosas que si uno se pone a pensar puede llegar a una conclusión sencilla: En este tiempo ya lo tenemos todo. ¿Qué más queremos? Al parecer queremos llegar hasta el momento en que no hagamos nada.


Entonces estaremos perdidos, pues probablemente habremos dejado de conocer tanto, que sean los programas los que sepan, pero nosotros no. ¿Si hoy tenemos mejores oportunidades de aprendizaje, en todos los sentidos y para todas las personas, por qué estamos peor?


¿No se supone que el conocimiento es libertad y poder? Entonces, por qué estamos igual y hasta peor?


A la fecha, todavía existe gente que no tiene una cuenta de correo electrónico, no saben manejar el Office y no sabe qué es un editor de gráficos, no conoce los beneficios de suscribirse a una revista virtual y no sabe que en el Internet existe la posibilidad de irse becado al extranjero con el solo hecho de presentar sus papeles. Resulta que tenemos un montón de anuncios: tutoriales para aprender ortografía, manuales para presentar trabajos en alto rigor científico, manuales de cómo utilizar los programas más raros y complejos, plantillas para diseños, planos, mapas, páginas que gratuitamente ofrecen cursos de especialización. Pero qué sucede, ¿por qué no tienen acogida por aquí? Sencillamente es porque la gente se está olvidando de leer y de buscar con criterio. La gente se está olvidando de captar el mensaje e inconscientemente está esperando que la tecnología le solucione todo. Recordemos que la tecnología es un medio para simplificar esfuerzos, agilizarlos, acelerarlos, pero tiene una finalidad: proporcionar tiempo y recursos para aprovecharlos en otros campos, como estudiar más, pasar un buen momento familiar o simplemente aprender otras cosas adicionales, es decir, ir más lejos. Tener tema para pláticas con gente que recién conoces… en fin. Buscar es el comienzo para encontrar lo que se quiere.


Con tanta información en el Internet, es obvio que necesitamos que alguien nos haga el milagrito. Y entre tantos, San Google es el que mejor te lleva a lo que quieres encontrar. Ahora bien, ¿lo aprovecharás? ¿Leerás, aprenderás, utilizarás las cosas sin simplemente copiar y pegar?


Nosotros debemos estar mejor, con mayor información, podríamos defendernos mejor de las amenazas de un gobierno antidemocrático, podríamos defendernos con criterio contra los abusos de empresas e instituciones del Estado. Pero no. Nada de esto pasa y seguimos nutriéndonos de señores que hablan en la radio disparates, insultos y estulticias por toneladas y con ello estamos tan contentos… Que nos hablen con jerga no importa, qué diablos, pero lo que nos comuniquen que al menos tenga algo de sustento y que sea verificable, que no nos engañen con observaciones llenas de sinsentido común y completamente desorientadas. Es una pena que a estas alturas de la vida, muchas personas se den el lujo de jugar un buen partido con nuestra ignorancia.


Se supone que deberíamos estar mejor, con mejores conocimientos y más actualizados que nunca, pero al parecer está sucediendo lo contrario. Reflexionemos un poco y seamos exigentes con lo que vemos, escuchamos y leemos.

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